22 julio 2009

El sabor del engaño

Violé el silencio con el sonido de tu nombre entre mis labios... un leve quejido salió de los suyos. Sin duda no le había gustado que te nombrara en la intimidad. Fingió no importarle y me siguió besando… sentía como el calor de su cuerpo quemaba mi piel, el fuego me recorría de la cabeza a los pies.

Y así pasaron lentamente los minutos. Con su boca recorriéndome el cuerpo, con mis uñas encajándose en su espalda. Él, amándome, yo… deseándote.

Al día siguiente desperté a su lado, sintiendo aun en los labios el ligero sabor del alcohol y el tabaco… sintiendo el sabor del engaño.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Suele suceder...

Con K. dijo...

Con el eco de ese nombre aun presente en tus labios.

Luna7ika dijo...

Vacio, esos besos furtivos, caricias perdidas entre la piel, mientras mi mente t recuerda mi corazon t llama...