14 diciembre 2009

Sin Querer


Sin querer voy detrás de tus pasos,
conteniendo el aliento
te estoy siguiendo,
caminando muy despacio
para que no sepas que te estoy cuidando
Sin querer te estoy pensando,
quiero de ti seguir soñando,
ahogarme en el recuerdo
y tal vez seguir llorando
Sin querer te estoy buscando
en el cielo, en el lindo ocaso,
en el dulce viento, en todos lados
Sin querer te sigo amando,
y me he quedado en silencio
ahogándome en llanto

07 diciembre 2009

Carta # 10

Ya no sé ni que día es…
Desde que te fuiste el tiempo ya no existe. La irrealidad de un amor sincero ha sido tan fugaz como el sabor de un buen cigarro entre mis labios. La esperanza perdida ha vuelto entre pesadillas, sueños llenos de obscuridad, de dolor y soledad. Ahora la única calidez que encuentro está escondida entre estos versos, que me ayudan a no estar tan perdida. Al menos es aquí donde encuentro un poco de cordura… o tal vez dulce locura en la que cada día caigo por tu maldita culpa.
He perdido la cuenta de los cigarros que he fumado, de las botellas de vino, que por brindar por ti, me he acabado, de los días que no he dormido, de las horas de ansiedad que he pasado por no estar a tu lado, de los besos que no me has dado, de las palabras que te he regalado, he perdido la cuenta de las lagrimas que por ti he derramado.
Ya no sé ni que día es… si es de mañana, o si es de noche..

03 diciembre 2009

23 de noviembre de 2009

Querido diario:

Después de dejar pasar tanto tiempo, por fin vuelvo a escribir en tus páginas. Tal vez pienses que sólo escribo en ti cuando me siento mal… me disculpo por ello. También creerás que me alejé de ti un tiempo por sentirme en bienestar… pues te equivocas, lo que pasa es que no sabía cómo expresar lo que siento.

Hace unos días, volvía a buscarla. Era de noche, casi no llevaba dinero, y tenía miedo. Miedo de la oscuridad en las calles, miedo de la gente que no conocía, miedo de mi soledad, de estar ahí, sin ella. Desesperadamente corría a su encuentro, sin la mínima garantía de verla. De repente me vi, solo, desesperado, sin conciencia de mis propios actos. ¿Qué es lo que hacía ahí? Entonces, un suave golpeteo del frío viento nocturno me hizo entrar en razón; me dijo que no debía estar ahí.

Incluso hoy no encuentro la razón clara de por qué me arriesgué tanto por buscarla, aun sin estar seguro de encontrarla; y aun si la hubiera encontrado, ¿le hubiera hablado siquiera?, ¿tenía algún objetivo verla? Creo que comprenderás cuan desesperado me sentía.

Mis sentimientos aun no son claros.

Entonces, reaccioné y regresé a mi casa lo más pronto que pude; de nuevo, al llegar, nadie se percató de mi presencia, así que fui a mi cuarto, anhelando dormir y poder soñar qué hubiera pasado si la hubiera encontrado. Sí, los sueños, el único mundo en el que puedo estar seguro. En fin, esto no es un sueño, es desafortunadamente la realidad, según Platón una inexacta copia de lo que debería ser, pero… ¿qué debería ser? Aun no lo sé, espero que mis sueños algún día me lo digan.

Aldo

02 diciembre 2009

02 de diciembre de 2009


Querido diario
Acabo de leer el último de mis secretos escritos aquí y aun no creo que, aunque ya haya pasado más de un mes, me siga sintiendo igual de perdida, confundida y con el mismo miedo de ese entonces. Tal parece que mi alma se niega a dejarle ir, si… a él. Pensaras que soy una tonta, una loca de amor sin remedio… y creo que si, lo soy.
Tonto, tonto corazón enamorado que me cargo, pero bueno… ¿Qué se le va a hacer? Aun si me dijeran que tendría la oportunidad de cambiar este corazón tan enamorado y destrozado, no lo aceptaría jamás, pues lo que el me hizo sentir, juro que nunca jamás nadie me lo hará sentir de nuevo, y aun así con el dolor que me causa recordar, prefiero morir desangrada y con mal de amor a vivir sin el recuerdo de su amor.
Si, soy una tonta, lo se y no me importa, lo amo y siempre lo amare.