- ¿Qué es esto?
- Es el mundo, el lugar en donde vives, TU realidad.
- ¿Mi realidad?
- Así es: es el entorno en la forma en como tú la percibes.
- ¿Por qué es que todos parecen tan distantes?
- Porque lo están, ¿no lo habías notado? Cada individuo vive para lograr sus objetivos propios: las personas que lo rodean sólo son medios para lograr ese objetivo. En realidad estás solo.
- Pero si yo estoy solo, eso significa que todos lo están, ¿no es así?
- Sí, pero todos viven ignorando su soledad. Se centran únicamente en resolver problemas mundanos: sólo así pueden vivir.
- ¿Por qué siento que no encajo en mi realidad?
- Eso es porque percibes a todas diferentes a tí, pero en realidad tú eres quien es diferente a ellos.
- Pero no puedo ser igual... ¡no quiero ser igual!
- Lo lamento, esa es LA realidad, pero puedes cambiar la forma en que la percibes.
- ¿Y cómo lo hago?
- No lo sé. Debes aprender a vivir. Debes estar dispuesto a aceptar riesgos, al igual que debes estar dispuesto a sufrir. Las personas se hieren constantemente, pero si te alejas de las personas o te mantienes al margen de ellas, nunca podrás conocerlas: es por eso que es necesario exponerse al dolor, y eventualmente herir a alguien más. Sólo quien supera esas heridas y trasciende el dolor conocerá la vida como es.
- Pero tengo miedo. ¿Cómo se supone que me enfrentaré y me expondré a estas personas que me resultan ajenas?
- Sólo puedes arriesgarte. Es cierto que siempre tendrás miedo, pero el miedo es lo que te abre las puertas a nuevas emociones; es lo que te permite sentir.
- No lo veo así ahora.
- Lo sé, pero aprenderás.
- ¿Y cómo es que puedes comprenderme? ¿Cómo es que en verdad te importo? ¿Quién eres?
- Yo soy tu yo ideal, es por eso que te comprendo y me importas. Pero soy sólo una visión de tu yo, es decir, no existo.
- Lo sabía... era imposible que yo le importara a alguien real.
- Lamento decepcionarte, soy sólo eso: un ideal, un ideal que debe desaparecer, pues mientras más te aferres a mí, más trabajo te costará aterrizar en la vida real. Ahora, debes enfrentarte a tu realidad.
- Gracias. Gusto en conocerte. Adiós.
