10 septiembre 2010

Tomando un baño

Agua. Gotas. El vapor. Los azulejos, ya manchados un poco por el paso de los años. La ventana abierta. La noche. La luz de las estrellas. El calor tropical. Las cortinas del baño que generosamente me ocultan, me separan del mundo. La puerta cerrada. Y tú: tu recuerdo. Mi tristeza.
Me encuentro a mí mismo en el cuarto de baño que he usado durante toda mi vida. La nostalgia. Entonces, me recuesto cómodamente en la tina, sintiendo las gotas de la regadera caer sobre mi piel, esperando a ser cubierto por el agua tibia. "El agua se lleva las penas", escuché en algún momento; tal parece que así es. Me relaja. Siento el agradable calor nocturno del clima tropical que se cuela tímidamente por la ventana. De nuevo, el recuerdo de tu imagen descarada.
Una decisión que tomar. ¿Soy cobarde por huir a refugiarme a los brazos de la nada? ¿O soy valiente por enfrentar mi mayor temor, mi gran fantasma? Las estrellas me miran con tristeza desde la ventana: su brillo disminuye (o eso parece). El ambiente es agradable. Una noche perfecta.
¿De nuevo tu recuerdo? Me hundo en mis pensamientos. Me hundo en el agua, que ahora llena ya la tina. Pienso dentro de esa claridad. Aun así, siento dolor al recordarte. ¿Aire?, ya no me hace falta; sólo deseo permanecer por siempre aquí, sumergido en el agua, alejado de la realidad. Pronto comienzo a perder la conciencia de a poco. Escucho unas voces que gritan, llaman mi nombre detrás de la puerta desesperadamente. No... ya no las escucho. Ya no oigo. Ya no pienso. Ya no siento. Y por fin, ya no te recuerdo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sola es cuando yo recuerdo.

Con K. dijo...

Sola y con los sentimientos a flor de piel cubriendo nuestro pudor existencial. :) excelente entrada aldito <3

Casra dijo...

nada mas triste que morir en agua de recuerdos