27 junio 2009

27 de junio de 2009

Rendición. Si, tal vez sea esa la palabra que ha buscado mi alma por tanto tiempo. Tal vez sea tiempo de rendirme.


Querido diario:


¿Por donde empezar? ¿Cómo explicarte lo que ha sucedido? Supongo que… por el final, siempre todo comienza por el final. Pero ya lo conoces y no tendría caso dejar salir las palabras solo por recordar, no tiene caso, pero aunque no quiera… esta presente la sensación, la terrible sensación de amargura, de soledad, de tristeza. La terrible sensación del recuerdo del final.


Te diré que el vacio estremece mi corazón cada vez que la luna se oculta de mí tras esas gastadas nubes grises. La obscuridad de mi cuarto me provoca miedo. Las sombras de los muebles me provocan pesadillas. No he dormido ya en casi un mes y parece que éste mal no tiene remedio. Es la soledad, lo sé, lo que ocasiona miedo en mi, terror… inseguridad.


A pesar de todo esto, pregúntame como estoy y te responderé que bien. A pesar de que cada tarde el viento carga consigo su aroma, a pesar de que confundo su rostro con cualquier persona, pregúntame como me ha ido y te diré que bien.


Creo que ya no me importa nada. ¿Eso es malo? Bueno… en realidad hay algo que aun me importa y es él. Debería de deshacerme de su recuerdo, pero no puedo. No quiero. Aun me importa, aun lo amo… por eso he decidido que es tiempo de rendirse, de entregarme a lo que sea que el destino tenga preparado para mi, pero siempre guardando un espacio… en realidad todo mi ser, para cuando él regrese… y lo esperaré.

1 comentario:

Con K. dijo...

ENHORABUENA!
(: