16 octubre 2010

Historia entre azoteas


A veces me descubría sola a mi misma en la azotea, con un cigarro y una taza de café. Sola, completamente sola. Esperando que la gente que caminaba tranquilamente abajo no me viera. Sintiendo el viento ligeramente frió sobre mi cara. Tarareando canciones y a veces callando. Pero siempre sola.

Era otoño, lo recuerdo, cuando lo vi. Sentado en la azotea de enfrente, estaba viendo el cielo enrojecerse. Me quede quieta viéndolo por un momento, conteniendo la respiración… esperando que no notara mi posible inexistencia. Lo vi un minuto, dos, tres… no se cuanto tiempo pasó en realidad, solo sabia que no quería dejar de verlo. Me senté cuidadosa y lentamente, saque un cigarro y me apresure a encenderlo, viéndolo de reojo en todo momento. Los dos mantuvimos nuestras posiciones por un largo rato, casi hasta que el cielo se puso obscuro.

Bajó la vista lentamente, creando una sonrisa torpemente disimulada. Estaba fascinada. Entonces creo que habrá sentido el peso de mis ojos sobre su cuello y volteó ladeando un poco la cabeza. Abrí los ojos de una forma casi anti natural y sonreí sin querer. Él me veía, curioso. ¿Qué estaría pensando? Alzo un brazo y estiro su mano ¿Me estaba saludando?

‘¡Hola!’ mis labios se movieron, pero sabía que probablemente él no escucharía. Le regresé el gesto con la mano y volvió a sonreír, esta vez para mí.

Apartamos nuestros ojos y compartimos los últimos segundos de ese atardecer, mi primer atardecer acompañada.

1 comentario:

Gesshoku dijo...

ooooowwww!!! ternuritaaa!!! jajajaja
sone como fresa...
yei!! m agrada!!
sin duda es lo mas optimista q has escrito xD
ohh m gusto taaanto!!!
seee!!