Todo escritor tiene una eterna inspiracion, que casi siempre... la niega. Intentando buscar en su exterior el verdadero sentido de sus palabras cuando en realidad se encuentra en el interior de su solitario ser. Dejando a veces espacios en blanco en el cual recae solo la soledad, la soledad y la incomprension de un amor dolido del cual aun no se ha podido recuperar. En donde empieza la locura y la desesperacion de reencontrarse a si mismo viviendo ese extasiado frenesi de amor, tocar de nuevo esa vieja inspiracion.